Hoy he querido hablarte sobre algo muy importante.
Algo que al tenerlo te permitirá crecer, generar relaciones fructuosas, vibrar, avanzar, fortalecerte, construir y brillar.
Me refiero a la confianza, al valor de la confianza.
Hoy en día vivimos piloto automático, inmersos en la vorágine del hacer, sintiendo la presión, las responsabilidades que adquirimos o que la sociedad nos impone.
Vivimos cumpliendo y más enfocados en el hacer que en el ser.
Desde ese torbellino, es que hemos dejado…
- Conectar con las personas
- Entrado en el estrés propio de la vida que llevamos
- Dejado de mirarnos a los ojos
- Dejado de permitirnos disfrutar el silencio
- Dejado de interesarnos en lo que le sucede al “otro”
- Dejado de cultivar algo esencial para la vida
- De sentir confianza.
Al vivir en estrés, es como si estuviéramos siempre bajo un estado de alerta continua y eso afecta la confianza personal y también la confianza que podrías generar con otras personas.
En mi vida, llegó un momento en que estaba tan enfocada en el hacer, en cumplir los quehaceres propios de mi vida, de cumplir en el trabajo y de estar muy enfocada en el hacer más que en el ser.
No me había dado cuenta que estaba con un nivel de estrés tan alto, que eso había provocado que me alejara de quienes son importantes para mí.
Estar alejada de mi familia y mis amigos, provocaba soledad en mí y sintiera una carga tremenda en mi espalda, que provocaba que cada vez me costara avanzar y que sintiera que todo “pesaba”.
Mi rostro, mi mirada y mi postura, mostraban lo que mi corazón estaba sintiendo. Y resulta que sin ser consciente había perdido mi esencia.
Si pudiera expresarlo como una metáfora, fue como si un ave tuviera rota su ala de tanto usarlas para hacer, hacer y hacer; perjudicando su ala y ocasionando que siempre estuviera en el mismo lugar.
Hasta que se dio cuenta que su ala estaba muy dañada y no podía volar, no podía compartir los vuelos con más aves, que era lo que disfrutaba junto con descubrir nuevos lugares.
Mi esencia es …
- Apertura
- Confianza
- Relacionarme con personas
- Construir relaciones que apoyan
- Positiva
- Alegre
- Optimista, etc.
Sentía unas ganas tremendas de recuperar quien era, antes de caer en ese estado particular.
Llegó un momento que reaccioné o quizás algo me hizo reaccionar. En ese momento duro para mí de darme cuenta en lo que estaba viviendo y lo mal que me sentía así, es que decidí recuperar quién era antes.
En esa búsqueda, encontré dos metodologías muy potentes. Me refiero al Coaching y a la programación neurolingüística que al conocerlas me ayudaron a sentir confianza y a generarla también con quienes me rodean y viví mi proceso de coaching.
A través de un proceso de coaching es posible recuperar la confianza en ti y generar apertura para construir confianza con otras personas también.
Te permite:
· Abrir nuevas posibilidades
· Construir relaciones basadas en la confianza
· Apertura a la vida
· Confiar en ti.
· Crear relaciones constructivas
· Mejorar la comunicación para potenciar la confianza
· Potenciar la congruencia entre lo que piensas, dices y actúas.
· Potencies el lenguaje no verbal y el lenguaje verbal para ser congruente y generar confianza.
Vivir un proceso de Coaching, significó en mi vida, volver a ser quien era, conectarme conmigo misma, reconocer mis valores, aquello que me mueve en la vida, darme cuenta y reflexionar de lo verdaderamente importante para mí y desde ese autoconocimiento proponerme cuidarme, enfocarme en el “Ser” y desde el ser vivir mí vida y recuperar la confianza.
Hoy vivo en apertura, con confianza, creyendo en mí y muy conectada con el “ser” y trabajando en lo que me gusta.
¿Te gustaría ser esa ave que vuela alto, con confianza, con apertura, con curiosidad por descubrir nuevos lugares, compartiendo y disfrutando con más aves?
¿Te gustaría encontrar la realización personal y vivir en base a la confianza?
¡La decisión está en ti!
Te invito a probar una sesión de Coaching y a iniciar el viaje hacia recuperar la confianza en ti y generar confianza en el mundo que te rodea.